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CONSEJOS PARA MANTENER LA MOTO SIN USO

Unos consejos para mantener la moto sin uso, es un poco extenso, pero creo que os vendrá bien si tenéis posibilidad de hacerlo, si no todo al menos lo que podáis.

Lo primero de todo y si es posible claro será buscar un lugar limpio, seco y con una temperatura media para guardar la moto durante este largo periodo sin uso debido al confinamiento por coronavirus. A no ser que sea una zona aislada o poco transitada, no recomendamos nunca dejarla en la calle, ya que está expuesta a las inclemencias del tiempo y al vandalismo. La lluvia puede corroer los componentes metálicos, el sol puede quemar los plásticos y pinturas, y las bajas temperaturas pueden ser fatales para elementos como la batería.
Lo mejor es guardarla en un garaje limpio y libre de humedades para evitar todo lo dicho anteriormente. Además, sería muy conveniente taparla con una funda transpirable que impida que se condense la humedad, evitando la corrosión de los componentes metálicos.
Con una buena funda o una sabana vieja evitaremos que la moto acumule polvo mientras esté parada, pero previamente deberíamos haberla sometido a una buena limpieza para que la suciedad no acabe calando con el paso de los días, o que las manchas se “coman” la pintura. Tras limpiarla es fundamental secarla a conciencia para no condensar humedad bajo la funda.
Otra cosa que deberíamos hacer antes de dejar la moto parada, aunque dada la premura de este confinamiento por coronavirus no habremos podido realizar, es someter la moto a un mantenimiento en el taller para cambiar los líquidos y filtros. De este modo hubiéramos evitado, por ejemplo, que los residuos ácidos del aceite sucio dañen algunos componentes mecánicos.
Como en el caso de los coches, lo primero que sufre en una moto sin uso es la batería, por lo que deberíamos antes que nada retirarla o, al menos, desconectarla. De este modo evitaremos ese consumo “fantasma” generado por pequeños componentes como el reloj de la instrumentación, y que junto a otras “fugas” puede hacer que se agote en pocos.
Con desconectar el borne del polo negativo sería suficiente para cortar la corriente, pero si la moto va estar expuesta a bajas temperaturas lo mejor sería desmontar la batería del todo y llevarla a casa, puesto que lo que más perjudica este componente es el frío. Además, en casa puedes conectarla un cargador inteligente que la mantenga “viva” o hacerlo de forma manual cada cierto tiempo para que nunca entre en un estado crítico de carga.
Si no hemos tomado estas precauciones y se ha descargado, cabe la posibilidad de que podamos devolverla a la vida con un cargador portátil, pero hay que saber que no volverá a ser la misma, puesto que con cada recarga la batería pierde efectividad ya que sólo recupera parte de su capacidad inicial.
Al igual que en los coches,, lo más recomendable también en las motos es mantener el depósito de combustible lo más lleno posible, sobre todo si va a estar parada mucho tiempo. De este modo evitaremos que se puedan oxidar las paredes del interior del tanque y no correramos el riesgo de quedarnos sin gasolina si hemos dejado poca y se ha evaporado con el paso del tiempo.
Si la moto va estar fuera de uso al menos tres meses, se podría echar un estabilizador de combustible para que éste no envejezca y acabe creado residuos que puedan obstruir los conductos. Por otro lado, en las motos equipadas con carburador sería recomendable vaciar la gasolina que se acumula entre el grifo y los propios carburadores. Para ello basta con cerrar el grifo con el motor en marcha hasta que este se detenga por falta de alimentación.
Los neumáticos pierden más aire cuando están parados que cuando se mantienen rodando, por lo que antes de dejar la moto quieta un largo periodo de tiempo es recomendable inflarlos un poco más de lo indicado por el fabricante. Pero aunque hagamos esto, si vamos a tener la moto inactiva mucho tiempo, lo mejor es volver a hincharlas cada mes o dos meses con un hinchador portátil para evitar deformaciones de las gomas. Sobre este último aspecto, lo más recomendable es que la moto repose sobre el caballete central y no sobre la pata de cabra. De este modo haremos que las ruedas prácticamente se mantengan en el aire por lo que no estarán sometidas al peso de la moto, evitando así que queden planas allí donde están en contacto con el piso. El caballete central también alivia a los amortiguadores de esta carga. Si sólo se dispone de pata lateral, corremos el riesgo de que los neumáticos acaben deformándose, por lo que se deberían de inflar de forma más regular que con el caballete central, además de mover la moto también periódicamente para que no acaben las gomas planas por el perfil donde están apoyadas. La pata de cabra también pude ser perjudicial para los líquidos en largas temporadas sin uso. Por ejemplo, la inclinación a la que está sometida la moto hará que el aceite caiga hacia el lado de la pata lateral y el extremo de la culata del lado opuesto que está más alta estará seca y con una perjudicial falta de lubricación.
Finalmente, no estría de más someter a piezas móviles de la moto como las levas, los frenos, las palancas, o los cables de embrague, a un tratamiento de lubricación mediante un spray específico para que no se endurezcan con el paso de los días. Como éstos, la cadena también pude sufrir agarrotamientos, por lo que debe ser debidamente engrasada y a poder ser tensada para un correcto funcionamiento cuando volvamos a utilizar la moto.
Finalmente sería recomendable lubricar elementos como las cerraduras del contacto, el depósito de combustible, el asiento, cofres o las maletas, para que no tengamos problemas al meter las llaves tras el periodo de “hibernación”.